EL DIOS QUE YO CONOZCO

12.04. La datación AC de los reyes hebreos

Suponiendo que tenemos un esquema de los reinados de los reyes hebreos, al menos relativamente sólido y aparentemente correcto, podemos superponer a ese esquema la escala de las fechas AC para hacer sincronizar los años de Nabucodonosor, cuyos años AC están sincronizados con los últimos reinados de Judá. Desde ese punto podemos remontarnos en el tiempo. Si los primeros sincronismos entre los reyes hebreos y los monarcas asirios no contradicen las cifras bíblicas -durante el tiempo cuando se superponen la lista limmu y el Canon de Tolomeo-, y si además armoniza el período aún más antiguo de Salmanasar III con Acab y Jehú, parece que la reconstrucción de la cronología de este período es razonablemente correcta.

Esto no significa necesariamente que puedan considerarse del todo inamovibles todos los detalles, porque donde deben aceptarse tantos reinados superpuestos, podrá haber más de una manera factible de hacer concordar las relaciones entre esos reinos. Pero puede considerarse que el esquema general se basa en principios sólidos y usables como un postulado para fechar los acontecimientos bíblicos. Sólo pueden precisarse con exactitud las fechas de los sucesos que tienen relación directa y clara con algún punto de referencia fijo, como los sincronismos del reinado de Nabucodonosor. Aun en tales casos, las fechas que se dan en meses lunares no pueden establecerse dogmáticamente, precisando el día, sin dar lugar a variaciones de un día o hasta de un mes.

Aunque la cronología exacta de todos los reinados hebreos no se considera fija, el esquema es lo suficientemente completo como para permitir la asignación de fechas AC, a lo menos como aproximaciones. Estas fechas no se dan como una declaración final de una cronología exacta. Aunque los últimos reinados de Judá concuerdan con los años babilónicos de Nabucodonosor, las fechas AC de los primeros reyes deberán considerarse como aproximaciones, aunque en la mayoría de los casos es muy probable que dichas fechas sean exactas.

En cuanto a otras fechas existe menos certeza, puesto que están distantes en el tiempo de las fechas fijas, o están implicadas en algunos de los ajustes, tales como las supuestas corregencias, que se han hecho sólo con el propósito de lograr que los sincronismos concuerden en el papel, lo que debe hacerse en forma provisional si se ha de reconstruir una escala completa.

La posible inexactitud de algunos días o aun de algunos años no excede al valor de una serie de fechas presentadas como un postulado; pero no debe sorprender si es preciso corregir algunos de estos detalles al surgir información adicional.