EL DIOS QUE YO CONOZCO

5.12. No se conoce la fecha de la creación

Los que tratan de establecer la cronología bíblica desde la creación hasta el éxodo mediante las listas genealógicas de los patriarcas, el relato del Génesis y los 430 años transcurridos desde el llamamiento de Abrahán hasta el éxodo deben suponer que las listas patriarcales están completas.

Si el segundo Cainán (Lucas 3:36) se añade a la lista hebrea, si se considera la posibilidad de lagunas en las listas genealógicas, o bien si se utiliza la enumeración de la Septuaginta, el período patriarcal debe ser más largo que el establecido en el texto hebreo (con lo cual la fecha de la creación retrocede).

Cualquier fijación de fechas AC para los patriarcas, no importa mediante qué métodos se establezca, dependerá de la fecha AC del éxodo.

La fecha del éxodo se ha determinado en base a dos premisas:

(1) el período de 480 años desde el éxodo hasta el cuarto año de Salomón inclusive (1 Reyes 6: 1), y

(2) la ubicación del cuarto año de Salomón mediante un cálculo de los reinados de los reyes hebreos hasta el tiempo de Nabucodonosor.

El resultado es el año 1445 AC como fecha del éxodo. Sin embargo, no podemos dar fechas para el período anterior a Abrahán.

Puesto que no se puede llegar a conclusiones definitivas, aun mediante cuidadosos cálculos en base a los datos bíblicos, debido a variaciones posibles de carácter indeterminado, en este estudio no trataremos de llegar a una cronología completa.

La incertidumbre es mejor que las conjeturas o la ciega aceptación de esquemas teóricos tales como el de Ussher.

Ussher ubicó arbitrariamente la fecha de la creación, y comenzó su AM 1 en la noche anterior al 23 de octubre (el domingo más cercano al equinoccio de otoño) en el año 4004 AC; esto es, 4.000 años antes del nacimiento de Cristo, el que él fechó en el año 4 AC.

Esto armonizaba con la antigua teoría de los 6.000 años que ubica 4.000 años antes de Cristo y 2.000 años después de Cristo.

Para evitar confusión, hay que definir esta "teoría de los 6.000 años": no se la debe igualar con la frase "6.000 años" que ha sido utilizada por muchos autores religiosos como una aproximación del tiempo transcurrido desde Adán.

Se trata más bien de una teoría profético: es decir, es una posición según la cual los seis días de la creación seguidos por el sábado, juntamente con la declaración de que para Dios un día es como mil años y mil años son como un día (2 Pedro 3:8), constituye una predicción de que este mundo durará seis mil años, y que a partir del año 7.000 se entrará en el sábado milenario de reposo.

En la Biblia no hay ningún período profético de 6.000 años. Este se originó en la mitología antigua (Persa y Etrusca, por ejemplo) y en una analogía judía de los días de la creación. Fue cristianizado por los padres de la iglesia y persistió durante largo tiempo después de Ussher.

Decir que los seis días de la semana de la creación no proporcionan ningún indicio para determinar la duración de este mundo, no es negar su realidad o permitir la interpretación de ellos como largos períodos de tiempo.

La aceptación de una creación literal no requiere que se la ubique en un año determinado. La fecha de la creación es desconocida, porque los datos cronológicos de la Biblia no son continuos o completos. Y la creación tampoco puede calcularse a partir de ciclos astronómicos.

Es verdad que los ciclos astronómicos nos permiten establecer fechas para ciertos acontecimientos ocurridos en la antigüedad (inclusive algunos mencionados en la Biblia), pero únicamente si es que dichos acontecimientos pueden relacionarse con registros astronómicos contemporáneos, especialmente con eclipses.

La primera relación directa entre los años bíblicos y la escala AC se produce cerca del fin del reino de Judá, alrededor del año 600 AC, en el reino de Nabucodonosor, cuyos años de reinado se han fijado astronómicamente.

Algunos citan una fecha anterior, el año 853 AC, como el año de la muerte del rey Acab de Israel, pero la determinación astronómico no corresponde a ese año; el sincronismo depende de un cálculo hecho más o menos a ciegas a partir de un eclipse que ocurrió cerca de 100 años después.

En cualquier caso, el camino que lleva desde los reyes de Israel y Judá hasta la creación, cruza demasiadas zonas donde existen diferencias de opinión.