EL DIOS QUE YO CONOZCO

13.05. Coordinación de años egipcios y babilónicos

El eclipse mencionado establece la coordinación de los años egipcios de Tolomeo con los años babilónicos correspondientes.

Tolomeo hace comenzar el año 1.º de Cambises, según el calendario egipcio, en el 1.º de Tot, o sea el 3 de enero de 529 AC, aproximadamente unos tres meses antes que comenzara el año 1.º de Cambises según el calendario babilónico.

Otras comprobaciones indican que así también en todo este período, un año determinado de un reinado comenzaba de tres a cuatro meses antes en el calendario egipcio que el mismo año en el cómputo babilónico-persa. Ese intervalo se tornó más y más largo puesto que el año babilónico siempre comenzaba después de una luna nueva en marzo o abril (véase en el Blog EL CALENDARIO HEBREO la tabla en la entrada 5.05. Los nombres postexílicos de los meses), mientras que el comienzo del año egipcio iba retrocediendo gradualmente, lo que puede verse en la última columna de la tabla de la entrada 11.03. Canon de los reyes, de Tolomeo. (Véase la razón de este retroceso en la nota de la misma entrada; ver también: 1.08. Los calendarios reconcilian los tres movimientos; 1.09. Los puntos de partida de los años; 2.07. El año regulado por las fiestas).

13.04. Dos tablillas astronómicas fijan la cronología babilónica

Dos tablillas independientes y escritas en la época cuando se observaron los fenómenos, dan por separado datos astronómicos de todo un año que nos resultan de un valor inestimable. La primera de ellas, del año 37 de Nabucodonosor, contiene una serie de observaciones que van desde el 1.º de Nisán (día de año nuevo en Babilonia) del año 37, hasta el 1.º de Nisán del año 38 (véase 11.01. La tablilla astronómica del 37.º año de Nabucodonosor).

Podría haber algún error si no existiera más que la fecha de una sola observación astronómica, pero los astrónomos modernos nos dicen que una combinación de observaciones como las que aparecen en esta tablilla, con referencia a las posiciones del sol, de la luna y de los planetas, todos los cuales se mueven en diferentes ciclos, puede ubicarse con precisión sólo en un año determinado. El año 37 de Nabucodonosor fue, sin lugar a duda, el año babilónico de calendario lunar que comenzó el 23 de abril de 568 AC (con mayor precisión, 22/23 abril, de puesta de sol a puesta de sol) hasta el 12 de abril de 567 AC. De este modo, se puede ubicar el primer año completo, o sea el primer año oficial del reinado de Nabucodonosor en 604/03 AC, de primavera a primavera. Esto permite fijar todos los años de su reinado.

El segundo documento de esta clase contiene una serie parecida de datos astronómicos calculados que fijan el 7.º año de Cambises como el año babilónico que va del 7 de abril de 523 al 26 de marzo de 522 AC. Los cómputos modernos confirman la corrección de este cálculo. Los reyes persas, siendo también reyes de Babilonia, adoptaron el calendario babilónico. Esta tablilla del reinado de Cambises es especialmente interesante porque entre otros datos consigna un eclipse (que se calcula que ocurrió el 16 de julio de 523 AC) que es idéntico al que Tolomeo ubica en el mismo 7.º año. Así los dos antiguos sistemas cronológicos -el de años solares egipcios, usado por Tolomeo, y el de años lunares, de los persas y babilonios- convergen en un punto fijo en la escala AC, y el uno en relación con el otro.

13.03. Serie de tablillas de cronología relativa

Las tablillas de este tipo (o los papiros similares provenientes de Egipto) proporcionan tan sólo una cronología relativa. Toda la serie de años de reinado de los reyes babilónicos necesita un punto fijo para afirmar el sistema cronológico AC.

El Canon de Tolomeo y sus registros de los eclipses fijan las fechas AC de los años del calendario egipcio, pero no del babilónico. Aunque la serie incompleta de tablillas babilónicas con sus fechas relativas, parece concordar con Tolomeo, no constituye una prueba definitiva, porque las tablillas están fechadas según un calendario diferente, y en algunos casos pueden estar sujetas a diversas interpretaciones.

Las tablillas de los saros (del período de los seléucidas) contienen una lista de reinados con intervalos de 18 años en el siclo de los saros. Estos años de reinado armonizan con lo que dice Tolomeo y con las tablillas fechadas, en lo que se refiere a la duración de los reinados, pero no fijan en forma independiente ninguna fecha AC. Pero dos tablillas han proporcionado un control para el Canon de Tolomeo, y ofrecen una prueba definitiva y contemporánea de los años AC equivalentes a los años babilónicos. Se las estudiará a continuación.

13.02. Las tablillas babilónicas bosquejan los reinados

Desde el surgimiento de la arqueología moderna, la información acumulada de las tablillas de arcilla de Babilonia ha ido formando un cuadro, no sólo del marco histórico sino también de la cronología del período. No importa cuán trivial sea el contenido de esas tablillas, las fechas de una serie de ellas, colocadas en orden cronológico, muestran aproximadamente el momento del año cuando comenzó a reinar cada rey.

Por ejemplo, si se ponen en orden cronológico todas las tablillas conocidas, escritas durante una serie de reinados, se nota que la última fechada en un reinado y la primera fechada en un reinado y la primera fechada en el reinado siguiente llevan fechas muy próximas, algunas veces la del mismo día. Se podría construir así una serie de tablillas: (Pulsa sobre la imagen para aumentarla)

Las fechas que aparecen en bastardilla muestran, por ejemplo, que la primera tablilla del reinado de Amel-Marduk (Evil-merodac en la Biblia) lleva la fecha del día 26 del mes 6.º, la misma fecha de la última tablilla fechada en el reinado de Nabucodonosor. También se ve que a continuación de la última tablilla fechada en el reinado de Amel-Marduk, del día 17 del mes 5.º de su 2.º año, a menos de una semana viene una tablilla fechada el día 23 del mes 5.º, que corresponde con el reinado de su sucesor. Así puede conocerse con mucha exactitud la duración de su reinado.

La serie se repite en otros reinados. Las primeras tablillas del "comienzo del reinado" aparecen en la parte final del año que había comenzado como último año del rey anterior. Algunas veces se superponen las fechas de las tablillas, porque los documentos escritos en aldeas distantes se fechaban según el antiguo reinado hasta que se recibía la noticia de la muerte del rey, tal vez muchos días después de que los escribas en la capital ya usaban el nombre del nuevo rey.

Todas las series de últimas y primeras tablillas que se conocen, confirman la duración de los reinados babilónicos y persas tal como aparecen en el Canon de Tolomeo, y señalan aproximadamente el mes y el día de la entronización del nuevo rey. (Dos tablillas de los anales de Babilonia dan las fechas exactas del comienzo de los reinados de Nabopolasar y Nabucodonosor). ¹

Las tablillas fechadas también muestran que la parte final del último año calendario del antiguo rey, entre el cambio de mando y el siguiente día de año nuevo (primero de Nisán, en primavera ²), se llamaba "comienzo del reinado", o lo que hoy se da en llamar "año de ascensión", mientras que el "año 1" era el primer año calendario completo. (Ver: 10.04. Sistemas con año de ascensión y sin año de ascensión).³
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¹ Wiseman, D. J. Chronicles of Chaldean Kings (626-556 B.C.) in the British Museum. London: Trustees of the British Museum, 1961.

² En este estudio se hace referencia muchas veces a las estaciones del año. Debe recordarse que en hemisferio norte, la primavera incluye los meses de marzo a mayo, y el otoño desde septiembre a noviembre.

³ Los papiros judío-egipcios de Egipto también armonizan con el Canon de Tolomeo, e indican que los judíos usaban el sistema del año de ascensión. También muestran que los egipcios llamaban "año 1" al final del año durante el cual ocurría el comienzo de un reinado, y no lo denominaban "comienzo del reinado" o "año de ascensión". Ver en 9.05. Método de cómputo con año de ascensión y 9.06. Método de computar los reinados sin año de ascensión lo referente a este sistema egipcio de computar los años de reinado "sin año de ascensión".

13.01. El Canon de Tolomeo

Numerosos documentos establecen sin lugar a dudas los reinados de los reyes babilonios y persas durante el período del cautiverio y de la restauración. La mayoría de ellos se han conocido recientemente. Antiguamente, los eruditos dependían del canon o lista de los reyes recopilado por el astrónomo egipcio Tolomeo en el siglo II DC. (Ver 11.02. El Canon de Tolomeo fue fijado por eclipses y 11.03. Canon de los reyes, de Tolomeo).

En el Canon de Tolomeo se da la duración de los reinados sucesivos de monarcas babilónicos, persas, macedonio-egipcios y romanos, desde el 26 de febrero de 747 AC hasta el tiempo de Tolomeo, computados según el calendario egipcio. Estas fechas computadas con el calendario egipcio son exactas, pues se las comprueba mediante una serie de eclipses que Tolomeo menciona en El Almagesto, su obra de astronomía. Estos eclipses tienen fecha y hora en el cómputo del calendario egipcio que han sido identificadas con precisión por los astrónomos modernos.¹

El Canon de Tolomeo se basaba en registros antiguos y fue recopiado muchas veces antes que lo conocieran los eruditos modernos. Por eso algunos especialistas en cronología de hace uno o dos siglos se sintieron libres de alterar las fechas del canon para hacerlas concordar con sus teorías. Pero en tiempos recientes han aparecido documentos mucho más antiguos que el canon, sin los pequeños errores acumulados de que tantas veces adolecen los manuscritos que se vuelven a copiar, y su contenido ha confirmado más y más la exactitud de Tolomeo.

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¹ Podrá alguno preguntarse por qué es posible fijar con tanta confianza las fechas para los eclipses registrados por Tolomeo, ya que el eclipse del cual dependen las fechas de la lista limmu asiria podría tener más de una posible fecha. Esto ocurre porque el registro asirio sólo da el mes lunar, mientras que Tolomeo registra 19 eclipses con mención de día y hora, y da el intervalo exacto entre los elipses, según la era del calendario egipcio. Según nuestro calendario, la luna llena (único momento cuando puede ocurrir un eclipse lunar) cae en la misma fecha sólo una vez cada 19 años. En el calendario egipcio de Tolomeo, con su retroceso gradual, una fecha de luna llena no podría repetirse sino después de 25 años. Puesto que no es posible que haya más de dos elipses lunares en las 12 ó 13 fechas en que hay luna llena en el año, se reduce aún más la posibilidad de que se produzca una duplicación. Por eso no puede haber duda en cuanto a las fechas de los eclipses mencionados por Tolomeo.

13.00. Cronología del Exilio y de la Restauración - Introducción

La cronología que estudiaremos ahora abarca el exilio babilónico y la restauración, es decir desde el reinado de Nabucodonosor, en tiempos del Imperio Neobabilónico, hasta el reinado de Darío II, del Imperio Persa que le siguió.

Durante este período, más que en cualquier otro, el relato bíblico puede hacerse corresponder con la secuencia de los acontecimientos históricos y los altibajos de las fuerzas políticas, religiosas y sociales en el Cercano Oriente. Esto es posible gracias a que los arqueólogos modernos han descubierto muchas inscripciones conmemorativas y miles de documentos públicos y privados. Estos últimos fueron escritos mayormente en tablillas de arcilla en Mesopotamia, y en menor número en papiros en Egipto, algunos de los cuales se hallaron cerrados y sellados.

Entre estos antiguos documentos originales hay contratos, títulos de propiedad y otros documentos legales, cartas, recibos, textos literarios o religiosos, decretos y correspondencia diplomática. Todos ellos escritos por escribas profesionales, pero relacionados mayormente con individuos. Proporcionan importantes detalles referentes a la propiedad, las deudas, los salarios, los impuestos y el costo de la vida. Aclaran ciertas costumbres sociales: la esclavitud, el matrimonio, el divorcio, y ocasionalmente revelan datos inesperados de interés humano.

Un simple inventario de propiedad personal presenta un cuadro gráfico del ajuar de una novia -sus vestidos nuevos, uno fruncido, otro rayado, etc.-, su baúl de mimbre, su espejo de bronce, fuentes y envases para cosméticos. Una serie de recibos fechados relata una historia de fraude en la capital. Y las fechas de estos documentos, que llevan el número del año de reinado de muchos reyes sucesivos, son de gran importancia para fechar esos reinados.

Estos antiguos documentos se han acumulado en los archivos de los museos porque lleva mucho tiempo traducirlos y publicarlos. Por ejemplo, los papiros del museo de Brooklyn (Nueva York), adquiridos más de 50 años antes que se los publicara en 1953, constituyen un eslabón importante en la cadena de pruebas acerca del calendario judío postexílico y, en consecuencia, aclaran las fechas de Esdras y Nehemías y del decreto de Artajerjes de "restaurar y edificar a Jerusalén" (Daniel 9: 25), fecha de la cual dependen dos importantes profecías cronológicas.

En Esdras y Nehemías, Jeremías y Daniel, Hageo y Zacarías, se encuentran muchas fechas relacionadas con los años de ciertos reyes de los imperios Neobabilónico y Persa. Esas fechas pueden ubicarse con mayor grado de certeza que las de cualquier período anterior o posterior de la historia bíblica. Algunas de ellas están relacionadas con acontecimientos tan importantes como la caída de Jerusalén, o con profecías como la del cautiverio de los 70 años o la de las 70 semanas.

Muchos acontecimientos del cautiverio y de la restauración de los judíos pueden fecharse con seguridad en determinado año, y a menudo aun en el día preciso. Sin embargo, siempre debe admitirse la posibilidad de la variación de un día en el cálculo de la fecha según el calendario lunar, o algunas veces de un mes, cuando no existe seguridad en cuanto a si un determinado año tuvo 13 meses o no (ver "El problema de reconstruir un antiguo calendario" y "Calendario Judío en Egipto" en el blog "El calendario hebreo").

Por lo tanto, en nuestro estudio se dan algunas fechas exactas siendo muy probable que no haya en ellas ni siquiera un día de variación. Las fechas de los meses babilónicos se han tomado de la obra Babylonian Chronology de Parker y Dubberstein. Las fechas judías del siglo V han sido tomadas de la tabulación de Horn y Wood que se reproducirán más adelante. En algunos casos puede admitirse una diferencia de opinión. Por eso es conveniente estudiar la manera de cómo se llega a estas fechas y examinar si son fidedignas.

12.04. La datación AC de los reyes hebreos

Suponiendo que tenemos un esquema de los reinados de los reyes hebreos, al menos relativamente sólido y aparentemente correcto, podemos superponer a ese esquema la escala de las fechas AC para hacer sincronizar los años de Nabucodonosor, cuyos años AC están sincronizados con los últimos reinados de Judá. Desde ese punto podemos remontarnos en el tiempo. Si los primeros sincronismos entre los reyes hebreos y los monarcas asirios no contradicen las cifras bíblicas -durante el tiempo cuando se superponen la lista limmu y el Canon de Tolomeo-, y si además armoniza el período aún más antiguo de Salmanasar III con Acab y Jehú, parece que la reconstrucción de la cronología de este período es razonablemente correcta.

Esto no significa necesariamente que puedan considerarse del todo inamovibles todos los detalles, porque donde deben aceptarse tantos reinados superpuestos, podrá haber más de una manera factible de hacer concordar las relaciones entre esos reinos. Pero puede considerarse que el esquema general se basa en principios sólidos y usables como un postulado para fechar los acontecimientos bíblicos. Sólo pueden precisarse con exactitud las fechas de los sucesos que tienen relación directa y clara con algún punto de referencia fijo, como los sincronismos del reinado de Nabucodonosor. Aun en tales casos, las fechas que se dan en meses lunares no pueden establecerse dogmáticamente, precisando el día, sin dar lugar a variaciones de un día o hasta de un mes.

Aunque la cronología exacta de todos los reinados hebreos no se considera fija, el esquema es lo suficientemente completo como para permitir la asignación de fechas AC, a lo menos como aproximaciones. Estas fechas no se dan como una declaración final de una cronología exacta. Aunque los últimos reinados de Judá concuerdan con los años babilónicos de Nabucodonosor, las fechas AC de los primeros reyes deberán considerarse como aproximaciones, aunque en la mayoría de los casos es muy probable que dichas fechas sean exactas.

En cuanto a otras fechas existe menos certeza, puesto que están distantes en el tiempo de las fechas fijas, o están implicadas en algunos de los ajustes, tales como las supuestas corregencias, que se han hecho sólo con el propósito de lograr que los sincronismos concuerden en el papel, lo que debe hacerse en forma provisional si se ha de reconstruir una escala completa.

La posible inexactitud de algunos días o aun de algunos años no excede al valor de una serie de fechas presentadas como un postulado; pero no debe sorprender si es preciso corregir algunos de estos detalles al surgir información adicional.